Pedro Ríos Aquino fue absuelto de reproche y pena en juicio oral y público, ante la orfandad probatoria del Ministerio Público que no pudo demostrar su vinculación en el caso ocurrido el 4 de setiembre del 2011, en el barrio San Ignacio de la ciudad de Hernandarias, donde resultó víctima Miguel Ángel Medina.
Las magistradas Graciela Ortiz, Alba Meza y María de Fátima Burró explicaron que los testigos del caso desvirtuaron la acusación sostenida por el fiscal Alfredo Acosta Heyn y todo quedó en sospechas, pues ni la propia víctima pudo identificar al autor del disparo que recibió en el pecho.
De acuerdo al relato de hechos, los hermanos Pedro y Ever Ríos Aquino, fueron a reclamarle a su tío Miguel Medina, luego de una discusión que este mantuvo con la madre de ambos. El fiscal insistió en el contradictorio que el disparo fue de frente, pero los testigos dijeron que no vieron quien lo realizó.
“Queda todo como una presunción, pudieron ser uno de los hermanos, porque huyeron después del hecho, pero la víctima indicó que no los vio, tampoco hay una pericia balística, no se presentó como evidencia el arma utilizada y de esa forma no se puede sostener una sentencia”, explicó la jueza Graciela Ortiz, presidenta del Tribunal.
