Vidal Pereira González, fue condenado a 10 años de prisión por coacción sexual y otros, donde resultó víctima una menor de 8 años. Los hechos ocurrieron entre los años 2008 y 2015 en la ciudad de Hernandarias, según indicó el fiscal Alfredo Acosta Heyn.
Las magistradas Graciela Ortiz, Nilda Cáceres y Alba Meza, condenaron al hombre que se declaró culpable ante el Tribunal. La víctima fue la hija de su pareja sentimental y los abusos fueron sistemáticos, con manoseos y penetración.
La niña vivía con la abuela en otro punto del país, pero a los 8 años fue a vivir con su madre y desde entonces comenzó su martirio porque era atacada sexualmente por el hombre, aprovechando la ausencia de la mujer que trabajaba como empleada doméstica.
La niña contó a su madre lo que estaba ocurriendo pero como respuesta recibió castigos físicos y un careo ante su verdugo que, obviamente, negó los hechos. Poco después volvió a la casa de su abuela.
Luego de unos años, retornó a la casa de su madre y los abusos se repitieron, hasta que se presentó la denuncia en el año 2015, donde el informe del médico forense confirmó que había desgarro de himen antiguo y la psicóloga del Ministerio Público también informó sobre daños severos en su conducta y que requería un acompañamiento profesional intensivo.
El Ministerio Público pidió 7 años y 6 meses de condena para Pereira y su defensa, que alegó la intención de una readaptación del hombre, solicitó 6 años de cárcel. Para las magistradas, la pena justa fue de 10 años, ya que dañó la vida de la pequeña y no hubo un arrepentimiento de lo que hizo, pues cuando la niña retornó a la casa de su madre, los abusos continuaron.